Soy Jugador de Ultimate desde el 2008 y a pesar de sentirme orgulloso por escoger practicar un deporte “auto-arbitrado”, me encontré en una conversación constante con algunos otros jugadores. (Puede que también la hayas tenido). Esa conversación en la que siempre terminábamos expresando nuestro sentimiento de frustración e impotencia porque sentíamos que vivíamos constantes “injusticias” en cancha.
No sé si solo yo soy el loco, pero para esos años era normal escucharme decir que “tal equipo no merecía clasificar”, “tal jugador usa el reglamento para sacar ventaja” o “en ese torneo nos eliminaron de forma sucia”. Quizá era solo yo y mientras lees esto no se te viene nadie más a la mente.
Jugadores con los que tenía la oportunidad de charlar esto, me explicaban algunas situaciones o me contaban jugadas vividas con una sensación de “me robaron”. O por lo menos era lo que yo leía entre líneas cuando lo relataban.
Es decir, es como si eso que nos hacía especiales y diferentes, fuera a su vez lo que desgraciaba nuestro deporte sin permitirnos disfrutarlo a un alto nivel. Incluso considerábamos muchos que, el Ultimate también debería tener jueces porque de esta forma (creía para ese entonces) “no pasarían por encima de mí” de forma injusta y evidente.

Con la experiencia de participar en los World Games del 2013 como Line Assistant, integré el grupo que en su momento se llamaba Observadores Colombia. Era el “híbrido” entre un Observer y un Game Advisor, debido a las adaptaciones de procedimiento únicas para nuestra comunidad que hacía que no fuera completamente ni uno, ni lo otro. Aquí estuve desde el 2013 hasta el 2016.
Luego recibimos la primera certificación de Game Advisors (GA) de la Federación Mundial de Disco Volador (2017 por Shiellah Quintos y Greg Cornell). Jugar ahora con GA, nos significaba tener una reestructuración, no solo al interior del equipo sino de nuestra comunidad en general; ya que los jugadores dejarían de descargar el rumbo del partido en las decisiones de un tercero y, ahora todos entrarían en responsabilidad directa de cada uno de los llamados.
Fue desde entonces, que inicié un satisfactorio camino dándome cuenta que por mucho tiempo estuve usando el Espíritu de Juego de forma incorrecta. Inconscientemente, siempre apliqué el EdJ para medir a los demás y era quizá por eso que no me sentía completo, porque siempre buscaba la forma de dirigir mi esfuerzo en culpar y corregir a otros sin verme a mí mismo.
A partir del inicio de la emergencia sanitaria, todos hemos tenido que cambiar muchas de nuestras actividades y llevarlas a la virtualidad. Gracias a esto, ahora con jugadores de nuestro país o externos (México, Venezuela, Chile, etcétera) hemos podido realizar talleres, conversatorios y otras acciones pedagógicas. En estos hemos encontrado una constante: los equipos preguntan regularmente “¿Cómo mejorar el Espíritu de Juego?”; esto también lo habíamos oído durante los torneos en el “Circulo de Espíritu de Juego”.
Con frecuencia, veo en los jugadores un desconsuelo al no encontrar algo qué al beberlo, los convierta en expertos del Espíritu de Juego (EdJ) o que por lo menos transforme de forma “efectiva” la imagen (ya bastante trastocada) que otros equipos pueden tener de ellos. Opino que esto, tiene que ver mucho con nuestras expectativas culturales, ya que, al parecer tenemos una tendencia a lo fácil, rápido e inmediato. Generalmente preguntan esperando un truco, algo tangible, corto y preciso, que al cumplirlo los convierta en el equipo con mejor Espíritu de Juego.
Si tú al igual que ellos, esperas encontrar en este artículo una solución absoluta a todos los problemas de EdJ, te pido que antes de continuar reconsideres el propósito de esta lectura; ya que si bien no es la respuesta al que parece un “eterno conflicto” en un tema tan subjetivo y delicado, si puede ser la oportunidad para encontrar información valiosa que te puede dar luces de cómo encontrar, tú y tu equipo, su propio camino de crecimiento en esto tan poderoso que nos diferencia a todos los demás deportes existentes.
¿Sigues aquí? Entonces eres muy bienvenido. ¡Comencemos!

1. Conócete:
En los talleres nos damos cuenta que, algunos jugadores aún no dimensionan la importancia de tener una noción acertada sobre sí mismos, y hacer de esta autopercepción lo más fiel posible a la realidad, solo se logra estudiándote. Debemos aprendernos para saber brindar lo mejor al juego de nuestro equipo, aunque a veces eso signifique vencernos a nosotros mismos para lograr resultados conjuntos.
Para competencia sabes que no eres bueno lanzando scoober, que se te da mejor el hammer; o que no vas a hacer un lanzamiento largo con backhand porque eres más preciso con forehand. Pero en EdJ, ¿qué tanto te conoces?
¿Te ha pasado que en un gol de oro te hacen un llamado el cual consideras innecesario?, ¿que el oponente no acepta el llamado de falta, aunque acabas de sufrir un choque que te resulta evidente? o que ¿te corresponde explicarle tu punto de vista de forma calmada al jugador del que has “sufrido constantes ultrajes” cada vez que has recibido el disco durante todo el partido?
Bueno, pues saber “quién eres en situaciones de estrés” hace, que de alguna forma identifiques las cosas buenas y no tan buenas de tu personalidad. Dejarás al descubierto actitudes que quizá no reconocías o simplemente no asociabas contigo porque creías que no hacían parte de ti. Exponer y reconocer estas cosas que regularmente luchamos por ocultar, hace que entremos en un trabajo honesto con nosotros mismos (1.3.3).
Y si de pronto te estás preguntando: “¿Por qué tengo que trabajar en mí si esto es simplemente Ultimate?”; entonces piensa en: ¿Por qué el reglamento en la hoja de Espíritu de Juego dice que nuestro deporte es Auto-Referido? (1.1).
Es posible tener una correcta auto-referencia sí no sé: ¿quién soy yo?, ¿cómo me relaciono con el otro?, o ¿Cuál es mi reacción en un contexto específico? Tener esto claro seguramente te dará la ventaja para saber que, en ciertas situaciones, no debes ser tú el que tome decisiones; y que, si aun así lo haces, estés advertido de ¿quién eres tomando las decisiones en un partido complicado? y no que las circunstancias te arrastren sin darte cuenta. Un entrenador decía “Ser tú quien marca el ritmo del partido”.
2. Aprende del Error:
Muchos jugadores vivimos en una lucha constante por la perfección y es natural; ganar, muchas veces nos significa ser mejor que nuestro oponente. Por eso cuando no ganamos, podemos experimentar sentimientos propios de dicha circunstancia. Pero nos hemos mentalizado tanto a ser mejores, que el fallar parece no ser una opción.
Los jugadores experimentados, saben que para ser buen Handler no es suficiente ser un maestro ejecutando lanzamientos mágicos, se necesita tener el manejo de la presión y la sabiduría de decisión que solo te da la experiencia de juego.
Los puntos en cancha en los que has intentado un pase que has fallado, es lo que te empodera y te da la ventaja para saber la probabilidad de lo que no funciona o lo que más debes entrenar. Haces del error una herramienta de aprendizaje individual para aportar a tu equipo en momentos de presión y tensión.
Así mismo, al mirar con retrospectiva esa jugada que no llamaste, o el llamado que luego entendiste que era innecesario, la expresión facial o corporal que debiste omitir, o si te arrepientes del grito con el que respondiste a un llamado de un oponente… es precisamente sobre todo esto lo que debes trabajar. Al empeñarte en mejorar tu Espíritu de Juego seguramente serás más tolerante y empático con los errores de otros. Entenderás que cada uno lleva su proceso y que aprende desde sus experiencias, su auto-perspectiva y desde su individualidad.
"Luego de conocerte y perdonarte los fracasos, estás preparándote para trabajar de forma directa sobre todo aquello que quieres erradicar de ti y de tu juego. Todo aquello por lo que, como jugador, no quieres ser referenciado." - Edwin Acuña
3. El EdJ también se entrena:
Por supuesto que al presentarte la idea de “permitirte el error”, no te invito a fomentar una cultura de conformismo; es confiar en que fallar hace parte del crecimiento y que si no aceptas estos errores no vas a saber por dónde empezar a corregir. El entrenamiento es un espacio “pre-competencia”, y como en todo momento no estás en cancha, puedes fortalecer tu EdJ casi que en todo momento de tu vida.
El esforzarnos por comprender las normas, ser objetivos e imparciales, ser asertivos al hablar, dar al otro la oportunidad razonable para expresarse y tener un lenguaje respetuoso (incluso el lenguaje no verbal); parecen ser cosas útiles para fortalecer cualquier tipo de relación social, no solamente la interacción en cancha.
Opino que probablemente esta es la mayor falencia de planeación cuando un equipo o jugador quiere trabajar en mejorar su Espíritu de Juego, siempre nos visualizamos en cancha sin darnos la oportunidad de vernos fuera de ella, el EdJ es algo que nos trasciende; porque lo que exteriorizamos en momentos de estrés competitivo es lo que llevamos dentro, lo que estamos siendo de forma “automática”.
Desarrollar actividades que fortalezcan quienes somos también fuera de cancha, hará que tengamos resultados más potentes dentro de la misma. Por ejemplo, si a mí me cuesta dar al otro la oportunidad de hablar (1.3.5), es porque seguramente en mi cabeza está preestablecido (de forma inconsciente) que siempre tengo la razón y lo que el otro está por decir no es importante porque simplemente está equivocado.
¿Te ha pasado que piensas en no aceptar (contest) un llamado tan pronto lo realiza el otro jugador, incluso sin aún escuchar su argumento? Si nos analizamos, podemos sorprendemos simplemente dejándolo hablar porque así lo dice el reglamento, pero sin en realidad estarlo escuchando, sin intentar entender su posición o reconsiderando si podemos estar equivocados.
Si también te pasa, podrías proponerte durante algunos entrenamientos, no hacer siquiera sonidos cada vez que estés en desacuerdo con alguna jugada o argumento; también podrías esperar a que tus compañeros resuelvan, o ser el último en hablar. No porque lo que tengas que decir no sea valioso, sino porque es un esfuerzo por dominarte a ti mismo en el afán por ser tú el que “ilumine e instruya a las personas que están en ignorancia y necesitan ser advertidas por tu sabiduría”.

"Otro no trabajará el EdJ por mí, pero
si necesito de otro para trabajar mi EdJ."
- Sanyam García
5. ¿Por qué? o ¿Para qué?
Cuando entremos en la dinámica de retroalimentarnos, abriremos la puerta del crecimiento mutuo en donde todos somos uno y estamos apuntando al mismo objetivo. Se generan espacios de dar y recibir opiniones sin tomarlo a mal, sino con el ánimo de crecer.
Entendiendo que no somos iguales, también es importante que tengamos presente la forma adecuada de comunicar. Es decir, no todos funcionan bajo presión, a algunos les da igual o los motiva que les hablen con groserías y a otros no, algunos funcionan con comandos directos gritados desde la línea y otros sienten que “los están mandando”.
Pero, ¿cómo saber la forma correcta de comunicarnos el feedback? Bueno, indiscutiblemente es algo que se debe dialogar con nuestros compañeros o con todos aquellos que tengamos esta dinámica. Ser directos manifestando la forma en la que asimilamos mejor este tipo de información, hace que los demás no tengan que asumir o adivinar. No obstante, esto es posible siempre y cuando cada uno de nosotros tenga un conocimiento profundo de sí mismo.
¿Y si debemos dar feedback a personas ajenas? Nuestra psicóloga deportiva, Lina Rodriguez, nos recomienda en caso de referirnos, por ejemplo, a un equipo adversario en un círculo de EdJ; una herramienta regular que suele funcionar es: “no pensar en por qué lo digo, sino en para qué lo digo”. Esto hará que, si yo quiero dar retroalimentación al otro equipo sobre los constantes contactos y faltas recibidos durante el partido, no voy a comenzar a quejarme y a “montar toda una tragedia”. Lo que correspondería si pienso en el “por qué” y es porque me siento vulnerado, atropellado, hostilizado, etc., y desde mi posición de “víctima” quiero dejar en claro lo mal que me la he pasado.
Pero si lo menciono pensando en el “para qué”, ya me limito a mencionar lo sucedido no para quejarme sino direccionado a que lo cambien para un próximo juego, simplemente explicaré lo sucedido dando uno o dos ejemplos, manifestando que eso afectó nuestro juego y por eso la calificación correspondiente en la planilla de EdJ.
Esto cambia totalmente el enfoque de nuestras comunicaciones y si lo aplicáramos en cancha, ya no tendríamos por qué durar tres y cuatro minutos en solucionar un llamado.
4. ¿Qué tan dispuesto estás al FeedBack?
Entrenar el Espíritu de Juego nos parece muy complejo, porque sentimos que no es algo medible, evidente o cuantitativo. Quizá tengas una idea de que “tal jugador o equipo” tienen mal Espíritu de Juego porque sientes que usan el reglamento para sacar ventaja, o quizá te lo han dicho a ti. Y es porque frecuentemente usamos el EdJ para medir al otro y no para mirarnos a nosotros mismos. Muchas veces es más fácil ver el error ajeno y no el propio, tal vez, fuimos educados para enfocarnos en lo que sucede afuera y no adentro.
Algo que recomendamos en los talleres con equipos, es valorar lo útil de comunicar el tipo de dificultades que tenemos. Dejar en evidencia las fallas propias y pedir apoyo a los integrantes de tu equipo, fortalecerá los lazos de confianza creando esos espacios de andamiaje mutuo.
Evidentemente, se requiere una madurez de equipo para que esta dinámica no se convierta en estar expiándonos culpas en momentos de tensión y de formas inapropiadas; por supuesto que habrá dificultades, malos entendidos y disgustos, pero si no podemos tener un sano EdJ al interior de nuestro equipo ¿cómo esperamos tenerlo con el adversario?
Puedo decirle a ese compañero de confianza “lo que pretendo mejorar”, que es “lo que espero en resultado” y porque no, si este compañero está dispuesto, incluirlo en el “cómo”. (Les recomiendo visitar el artículo de Mauro Otálvaro sobre Cómo Establecer Objetivos).
Acordar una señal, una palabra, un sonido, un elemento, etc; algo que al manifestarlo en ese momento que me resulta denso, me recuerde la solución propuesta evitando así que reaccione de nuevo desde el automático que espero corregir.
Mi amigo Sanyam, mencionaba en algún momento que “Otro no trabajará el EdJ por mí, pero si necesito de otro para trabajar mi EdJ”. Siento que tiene toda la razón ya que nuestro deporte se basa en la confianza en el otro, e incluirlo en nuestro proceso deportivo puede hacer que él también ame mis errores y aciertos alcanzando juntos, en equipo, los logros propuestos.

6. Resultado
Por último, te invito a tener en mente que este es un proceso, un largo proceso. Digo largo no porque sea tedioso, pesado e interminable… es largo pensando en que simplemente deber ser una constante en nuestras vidas. Al tener presente esto, la idea es que no vivamos con el afán de “ganarlas todas”, como si fuera la última decisión que vamos a tomar. Recuerda decidir lo mejor posible, pero permitiéndote el error.
Es ese afán por el resultado, el que hace que no vivamos el proceso de una forma adecuada. No quemamos las etapas y no aprendemos lo necesario por estar con la presión de llegar a la meta o a ese resultado. Se nos olvida que tener un buen Espíritu de Juego no es el fin en sí, es el camino porque para el momento en el que sea evidente para las demás personas, seguramente ya habrás recorrido una gran parte.
Recuerda el para qué quiero tener buen EdJ. Para que me lo califiquen y hablen “bien” de mí, o mejorar estos aspectos de mi juego hace parte de sentirme realizado como jugador de Ultimate. Esto también hará que nos concentremos en lo importante dando los pasos apropiados.
En los talleres hemos confirmado que nadie se entrena para perder, pero no por esto debemos luchar por pasar sobre nuestro oponente en cuanto nos sea posible. Y no nos referimos solo a hacer una jugada peligrosa sobre el disco en donde pueda verse comprometida la integridad del adversario o la nuestra; sino también cuando no cedemos un llamado sabiendo que no estamos en lo correcto, solo porque no queremos cargar con el peso de que “fue precisamente en esa jugada” en la que perdimos el partido.
¿Y si perdemos ese partido qué? Miramos ese resultado olvidando el proceso, como si no tuviéramos más partidos o más torneos por competir. ¿Y si no haces lo correcto en ese llamado, pero de igual manera pierdes? ¿o si ganas el partido gracias a la conducta que sabes no era la apropiada? ¿Quién estás dispuesto a ser para ganar?
Si tú y tu equipo quieren conocer más al respecto, date la oportunidad de aprenderlo en nuestros distintos talleres, siempre estamos en disposición de trabajar en conjunto y construir comunidad (Game Advisors Colombia).
Edwin Acuña López
Cofundador y Coordinador Game Advisors Colombia
Soy jugador de Ultimate desde 2012, editor de Ulti-Blog de Sublime Ultimate, Line Assistant en World Games 2013, miembro de Observadores Colombia 2013 – 2016, Certificado como GA por WFDF desde 2017 – 2020, Observador partido inaugural 2019 Premier Ultimate League (PUL), GA en Mundial U24 Heidelberg – Alemania, capacitador y facilitador en procesos GA de FECODV.

Invitale un café, una Pola o dale las gracias donando con este QR directamente. Solo escanea y valora esta información.
Especializados en el ultimate frisbee, creamos productos fantásticos con los que podrás disfrutar de las actividades del disco volador. Te invitamos a conocer la tienda en línea de ultimate más grande de Latinoamérica.
¡Gracias por compartir estos puntos tan útiles e interesantes!
Sin duda alguna, con este artículo se da un punto de vista que puede enriquecer el EDJ del equipo partiendo del propio.
Abrazos❤️🥏🐾
Genial el artículo, felicidades a Edwin por compartir sus conocimientos y experiencias!
El espíritu de juego es el elemento diferenciador del ultimate frisbee y creo que es lo que le da el sentido al juego. Muy buenos los tips! 👌🏻
Excelente post, me encanto la herramienta de “no pensar en por qué lo digo, sino en para qué lo digo”. Muchas gracias.
Que buen articulo GRACIAS por compartir la información,me sirve de mucha ayuda . Un saludo