QUÉ ES:
El establecimiento de objetivos es una estrategia muy útil para mejorar nuestro rendimiento tanto individual como equipo.
Los objetivos son logros que queremos alcanzar. Nos señalan un rumbo, nos dan una visión de a dónde queremos llegar.
Tipos de objetivos:
- Objetivos de Resultado son los logros individuales o como equipo que queremos alcanzar, por ejemplo: ganar un torneo o una medalla, clasificar a finales, ascender de categoría, etc.
- Objetivos de Realización o de Rendimiento: conductas individuales o colectivas que se deben realizar para conseguir los resultados deseados, por ejemplo: atacar con aislado, hacer una defensa mixta, mejorar la efectividad en definición, dominar los lanzamientos largos contra el viento, mejorar el hammer para romper en la zona, etc.
- Objetivos de Desempeño: se establecen con el entrenador antes de las competencias, dependiendo del rival y la instancia del torneo. Por ejemplo: jugar de aislado cuando se salga con el disco desde el centro, ser el primer corte en stack vertical, marcar el crash en la zona, correr al largo cuando el mejor lanzador del equipo la reciba, etc.
PARA QUÉ SIRVEN:
Tener objetivos e irlos alcanzando potenciará la motivación y la autoconfianza
Los objetivos ayudan a darnos cuenta del progreso deportivo que llevamos y a hacer cambios cuando no se estén logrando las expectativas.
- A los entrenadores: ayuda a planificar la temporada, qué quiere para el equipo. Marca el paso del proceso. También a nivel personal que quiere mejorar como entrenador, qué habilidad debe potenciar o adquirir.
- A los equipos: pueden encontrar que quieren alcanzar como equipo. Qué clase de equipo quieren ser, a dónde quieren llegar.
- A los deportistas: pueden comprender que debo hacer para mejorar mi juego. Qué quiero lograr esta temporada.
CÓMO HACERLO:
Los objetivos deben ser:
– S: específicos.
Evita ambigüedades, entre más definidos sean, mejor resultado obtendrás. Por ejemplo: “quiero ser el mejor jugador”, especifica que es para ti ser “el mejor”. Podría definirse mejor como “quiero aumentar la efectividad de pases de forehand”, “mejorar mi potencia y resistencia física”, etc.
– M: medibles.
Debes poner alguna medida que permita observar el avance. Por ejemplo: el número de lanzamientos buenos o efectivos en un entrenamiento/partido, tener presente los números que arrojen los test físicos.
– A: alcanzables.
Hay situaciones o hechos que no dependen de ti, “ganar el torneo” no solo depende de tu desempeño. Pero no faltar a ningún entrenamiento del mes o hacer bien todas las repeticiones en el gimnasio o entrenar con intensidad, esfuerzo y concentración si depende de ti!.
– R: retadores/realistas:.
Un reto que tienes es la mejor motivación. La motivación por el logro te llevará al siguiente nivel. ¿Cuál es tu reto? ¿Mejorar el scoober?, ¿lanzar largos de 60m?, ¿leer bien el disco arriba?, atrapar todos los discos?
– T: tiempo.
Hay que definir en cuanto se quiere lograr el objetivo. Ponerle fechas y evaluar si se consigue. Si no se logra se re-estructura el plan y tienes ya unas acciones que has avanzado hacia tu meta. “en un mes mejoraré mis números en el 25x”, “en 2 meses como equipo lograremos comunicarnos mejor”, “al finalizar la pretemporada como entrenador lograré un sistema de cambios que permita la participación de todas las deportistas en los juegos”
RECUERDA:
Ya has definido tus objetivos, ahora: ¡QUE TENEMOS QUE HACER PARA CONSEGUIRLOS! Los objetivos deben llevarte a un plan y ese plan a unas acciones.
Si eres entrenador ten presente: cuáles son los objetivos que los deportistas tendrán que alcanzar, individualmente y colectivamente durante los distintos momentos de la temporada. Así podrás tener una mejor percepción del proceso.
Si los objetivos son realistas, específicos, medibles, alcanzables y se consiguen con un tiempo determinado, te aportarán muchos beneficios como deportistas y a tu equipo.
Por: Mauro Otálvaro C – @psideportivamde
Psicólogo Deportivo
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